Hablemos de la pasión por las motos Pulsar con María Alejandra

Hablemos de la pasión por las motos Pulsar con María Alejandra

María Alejandra es una joven universitaria, con una infancia pulsarista. Hablamos con ella para conocer más sobre la comunidad motera femenina y la pasión que despiertan nuestras máquinas.

AUTECO (A): ¿Por qué elegiste movilizarte en moto, qué te motivó a comprarla?

MARIA A. ARANGO (MA): Desde muy pequeñita me gustaban mucho las motos. Entonces cuando empecé a trabajar y en vista de la necesidad de movilidad, decidí empezar a ahorrar y  un día compré mi moto.

Escogí Pulsar porque me parece una moto muy buena. Cuando tenía 15 años, mi papá tenía esa marca y me relacioné con muchas personas del entorno que me enseñaron varias cosas sobre motos y que en particular, hablaban muy bien de Pulsar.

A: ¿Para qué la utilizas actualmente?

MA: La uso para todo, para ir a trabajar y salir a rodar.

A: ¿En qué aspectos de tu vida crees que tu moto es tu gran aliada? Tanto en tu vida personal como laboral.

MA: Se me hace muy práctica porque en mi trabajo necesito moverme de una sede a otra. Entonces obviamente con el calor y el tráfico, me parece súper chévere tener mi moto y llegar a cualquier lugar rápidamente.

Además, sentir que en la noche puedo llegar de trabajar, cambiarme e irme a rodar con algún club es genial.

A: ¿Cómo crees que ve la sociedad a las mujeres que conducen moto?

MA: Realmente en este punto creo que ya hay una percepción más positiva. La mayoría de las personas nos ven como mujeres arriesgadas, capaces y con los pies puestos sobre la tierra.

A: ¿Qué consejo le darías a las personas que están pensando en comprar una moto pero que aún no lo han hecho?

MA: Tener moto es una sensación muy chévere, es una oportunidad para empoderarse y una gran experiencia. No se dejen intimidar en las calles, no le tengan miedo a la experiencia, pues es cuestión de paciencia, práctica y de mucho amor por estas máquinas.

A: Cuéntanos alguna anécdota motera.

MA: La primera vez que quise aprender a manejar moto, mi papá me estaba enseñando intentando voltear, como obvio no sabía, me cogió ventaja la moto y me cayó durísimo en el pie y me esguincé el tobillo.

Luego de eso les tuve algo de miedo,  hasta que 6 meses después me volví a montar en una moto de mediano cilindraje de un amigo y me fue súper. Por eso me enamoré más de las dos ruedas, porque puedes superar tus propios miedos y obstáculos.