No ensamblamos motos, construimos máquinas para soñar

No ensamblamos motos, construimos máquinas para soñar
EL SUEÑO

Compré una moto por un sueño personal.

Un día cuando esté muy viejo y cuando no pueda caminar más, estará en mi garaje como un trofeo de mis recuerdos.

Conocí a personas que me enseñaron algo y tienen el mismo espíritu y conocí a otros que me alegro haber olvidado.

Ya me mojé,
Ya sentí frío,
Ya sentí calor,
Ya sentí miedo,
Ya me caí,
Ya me levanté,
Ya me lastimé,
Pero también, reí a carcajadas dentro del casco.
Hablé mil veces conmigo mismo.
Canté y grité de alegría como un loco,
Y sí… a veces lloré.

He visto lugares maravillosos y viví experiencias inolvidables.

Me detuve mil veces para ver un paisaje.

Hablé con perfectos desconocidos, y olvidé a gente que veo todos los días.

Salí con mis demonios dentro y volví a casa con una paz absoluta en el corazón.

Siempre pensé lo peligroso que es, sabiendo que el significado del coraje es avanzar incluso sintiendo miedo.

Cada vez que subo a mi moto, pienso en lo maravilloso que es.

Dejé de hablar con quien no entiende, (simplemente no entienden) y aprendí a través de gestos a comunicarme con otros motociclistas.

Gasté dinero que no tenía, renunciando a muchas cosas, pero todas estas cosas no valen ni un momento sobre mi moto.

No es un medio de transporte ni un pedazo de hierro con ruedas, es la parte perdida de mi alma y de mi espíritu.

Y cuando alguien me dice: ” tenés que vender la moto y tenés que ser una persona más seria”, No respondo. Simplemente balanceo la cabeza y sonrío.

Andar en moto……. sólo lo entiende quien las ama.

¡Que Dios bendiga a mis amigos motociclistas, juguete de gente grande!

-Autor desconocido-